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El Valle de Haslital: una historia de novela

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En el Valle de Haslital, al sudeste del Brienzersee, se encuentra el centro turístico tradicional del Oberland bernés, Meiringen. Sherlock Holmes murió aquí para vivir más tarde una resurrección en este mismo lugar.

Efectivamente, el Valle de Haslital ofrece cosas poco creíbles, no sólo con respecto al famoso protagonista de las novelas de Arthur Conan Doyle. Saliendo de Meiringen-Hasliberg, la primera jornada empieza con el paso por las pozas de Alpbach, una garganta situada enfrente del Hotel Sherlock Holmes, donde nos hospedamos, y que recoge las aguas de Hasliberg. Subimos hasta llegar a Reuti (1070m), desde donde podemos disfrutar de las vistas del macizo del Wetterhorn. Aún ascenderemos un poco más, hasta los 1377m, para empezar un suave descenso hacia Innertkirchen. Paramos a comer un pícnic y continuamos siguiendo el río Aar de vuelta a Meiringen. Después de una primera jornada intensa, descansamos en el hotel pensando en que nos deparará los siguientes días. Pero tantos detalles ya no os vamos a dar.

Aún así, vale la pena destacar muchas de las atracciones. Por un lado, encontramos algunas relacionadas con el agua glaciar de las montañas cercanas. Un ejemplo es la garganta Aareschlucht, tallada en la roca por el río durante millones de años. Por otro lado, una pasarela nos lleva a poca altura encima de las aguas bravas entre las paredes casi verticales de la garganta. Otro barranco glaciar salvaje con un emocionante camino a pie es el romántico valle Rosenlauital, de gran atracción turística.

 

“Mi nombre es Sherlock Holmes y mi negocio es saber lo que otras personas no saben” (Sherlock Holmes, detective)

Un nostálgico funicular vertical lleva a los turistas a las salvajes cataratas Reichenbachfälle. Se pueden admirar las cascadas más pequeñas e inferiores ya durante el trayecto. Desde la terraza panorámica se disfruta de una extensa vista a los torrentes de la gran catarata de 120 metros de altura «Grosser Reichenbachfall». 

En la novela criminal “El último caso”, el gran detective Sherlock Holmes muere ante este escenario. Efectivamente, el autor inglés Sir Arthur Conan Doyle solía pasar sus vacaciones en Meiringen, dedicándose un museo y un monumento a este autor y a su famoso protagonista. Dado que el público no quiso aceptar la muerte de Holmes, Doyle debía resucitarlo tres años más tarde. 

 

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