Aunque las tendencias a la nieve han ido creciendo en todos los ámbitos y sectores, la modalidad del freeride es la que gana más terreno por momentos. Explicamos las claves que lo convierten en el estilo de moda.
Ha llegado la hora del freeride. Durante esta última década, la modalidad que más se ha extendido entre los practicantes del esquí y el snowboard ha sido claramente el freestyle. Pero todo vuelve. Se recupera lo que ya se había hecho durante muchos años. Añadiendo un toque de imaginación, los más apasionados empiezan a redefinir el concepto de “estilo libre”. Se incorporan nuevas herramientas como el halfpipe o los conocidos ‘big jumps’, además de otros módulos originarios de otras modalidades deportivas (del skateboard principalmente), como las barandillas (rails).
Actualmente, esta modalidad sigue bien viva (sobre todo a Estados Unidos, donde son unos especialistas en cualquier deporte. Es verdad que se ha visto modificada por una tendencia hacia la búsqueda de la ‘nieve virgen’, dirigiendo la actividad hacia fuera de la pista. Este nuevo modelo de esquí viene determinado por las características que el material actual nos ofrece. Por un lado, un material muy bien adaptado por fuera de pista. Este choca ligeramente con los requisitos que exigen los esquís dentro de la pista. Por otro lado, mientras que en pista disfrutamos con unos esquís más duros, con un patín estrecho u un radio de giro corto, el esquí de freeride ofrece unas prestaciones muy distintas. Dan más amplitud a los esquís, así como un radio de gir ancho y más flotabilidad (se reduce el peso).
Actualmente, esta modalidad sigue bien viva, pero se ha visto modificada por una tendencia hacia la búsqueda de la ‘nieve virgen’.
Queda claro que estas modalidades no son nuevas. No han estado creadas para la ocasión. Podríamos decir que han sido adaptadas y actualizadas a las características que los nuevos materiales nos ofrecen. También influye la evolución propia del deporte gracias a la práctica por parte de nuevos deportistas. Pero lo que también se hace evidente es que estas modalidades son a día de hoy más atractivas, y juntamente con una mejora notable de la seguridad (en todos los sentidos: infraestructuras, medio, materiales, etc.), han conseguido convencer a muchos esquiadores a decantarse por este estilo.
La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo esquiamos por todos lados con un mismo par de esquís? Como es evidente, una gran mayoría del público esquiador dispone solo de un par de esquís. Nos encontramos con el conflicto de saber qué objetivo queremos cumplir, y por qué tipo de material nos decantamos. Una expresión clásica dice: “no hay buena ni mala nieve, hay buenos y malos esquiadores”. En este caso podemos dirigirnos al material. Finalmente, es verdad que cada tipo de material nos dará una efectividad distinta según las condiciones. Aún así, un buen conocimiento de la técnica nos va a permitir disfrutar en cualquiera de las situaciones.